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Pascua: Chocolate y vino

Francisca JaraFrancisca Jara

Francisca Jara

Tradicionalmente los conejos han simbolizado la fertilidad, mientras que los huevos han sido sinónimo de vida y renacimiento. ¿Cómo aparecieron los primeros huevos de chocolates? Aquí te contamos la historia detrás de esta tradición, además de deliciosos maridajes para probar en casa.

Si bien no hay claridad exacta sobre el origen de la tradición de los huevitos de chocolates, la historia sí tiene registro sobre el simbolismo detrás de los huevos para diferentes culturas. Para los egipcios, por ejemplo, los huevos eran sinónimo de vida, el eje de los elementos agua, aire, tierra y fuego, aunque también un símbolo de renacimiento asociado al ave fénix. Los hindúes, en tanto, creían que el mundo había nacido de un huevo, el Huevo de Oro de Brahma, al cual le rendían culto. Para los antiguos griegos, por su parte, el Huevo de Orfeo representaba al Cosmos. Desde sus inicios, la humanidad ha catalogado al huevo como un símbolo de origen.

Habrían sido los primeros cristianos en la Edad Media quienes tomaron prestada la imagen para aplicarla a Jesucristo. Ellos mismos comenzaron a pintarlos para Semana Santa, cuando estaba prohibido comerlos. Pero no fue hasta el siglo 19, dentro de la alta sociedad rusa, que aparecieron los primeros huevitos de chocolate con pequeños regalos en su interior para celebrar la Pascua. 

¿Y el conejito?

La mítica figura del conejito que le trae huevos a los niños tendría un origen folclórico, aunque tampoco se sabe su origen exacto. Una de las teorías nos lleva de vuelta hacia el siglo 17, a la celebración pagana alemana de “Osterhase”, también conocido como la “liebre de Pascua”, que le escondía huevos de colores a los niños para que ellos los encontraran alrededor de sus casas. Habrían sido los inmigrantes alemanes que llegaron hasta América en 1700, quienes trajeron y divulgaron la tradición de regalar huevitos, conejitos y dulces a los niños para la Pascua. Aunque esta regla no corre en todos los países por igual: mientras que en algunas culturas no hay huevos de chocolate, sino que huevos de verdad, en lugares como Suiza el conejito es reemplazado por como un pájaro llamado cuckoo.

Chocolate y vino

Aprovechando la ocasión y el contexto, por qué no hablar de la deliciosa combinación que resulta cuando disfrutamos chocolate y vino en conjunto. 

Considerando que la mayoría de los huevitos son elaborados a base de chocolate de leche, es decir, con menos concentración de cacao y bastante dulces, es que se recomienda disfrutarlos con espumantes rosados, vinos blancos dulces o sino vinos tinos frutosos y de taninos suaves como Marques de Casa Concha Merlot.

Pero si es que tu casa escondieron huevitos de chocolate blanco, altos en contenido graso, una buena combinación es con Marques de Casa Concha Pinot Noir, ya que el chocolate ayudará a resaltar las notas a frutos rojos que caracterizan a esta cepa.

Para quienes busquen maridar conejitos de chocolate amargo, una buena opción es hacerlo con variedades tintas que puedan tener algún contenido de azúcar residual. Podrías probar con vinos como Marques de Casa Concha Syrah o Marques de Casa Concha Malbec.

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