¿Sabías que el Cabernet Sauvignon es la variedad de uva más plantada en el planeta?
El cabernet sauvignon es una cepa que nació de la cruza del Cabernet Franc y Sauvignon Blanc, dando como resultado uvas de piel gruesa que son relativamente fáciles de cultivar, maduran tarde, tienen una carga tánica importante y rica acidez. Por estas razones, no es de extrañar que el cabernet destaque en la producción de vinos finos.
Particularmente famoso entre los vinos de Burdeos, también es importante al sur de Francia, en la Toscana italiana y en países del Nuevo Mundo, entre ellos, Chile y su Valle del Maipo. Y es que el Cabernet Sauvignon se acomoda bien a diferentes tipos de suelos, climas y estilos. Aquí desglosamos cada uno de ellos.
El Cabernet Sauvignon del Viejo y Nuevo Mundo
Entre los países productores del Viejo Mundo (Europa principalmente), el cabernet sauvignon es importante tanto en las mezclas tintas de Burdeos como en la denominación de origen italiana Super Toscano de Bolgheri. En esta parte del mundo la variedad destaca por entregar vinos de gran cuerpo, complejos y pensados para guardar. Entre sus aromas hay frutos negros como cerezas, cassis, aromas herbales, tabaco, grafito, pimienta negra y características que aporta la madera como la vainilla. En comparación con el Nuevo Mundo, se sienten más ligeros y tienen menos alcohol, aunque taninos más fuertes.
En el Nuevo Mundo, en tanto, el cabernet sauvignon suele usarse tanto en monovarietales como en mezclas. Estos últimos son un poco más frutosos que los del Viejo Mundo, con notas a cerezas, ciruelas, arándanos, moras, pimienta negra, taninos más redondos y sedosos. California se hizo conocida por sus cabernets en 1976, cuando en una cata a ciegas dos jueces franceses prefirieron un ejemplar norteamericano frente a uno de Burdeos. En Chile, los cabernets de Aconcagua y Maipo también son muy apetecidos.
¿Clima frío o clima cálido?
Cuando el Cabernet Sauvignon proviene de climas más frescos (como es el caso del Viejo Mundo y sectores de altura en el Nuevo Mundo), hay veces en que la fruta no alcanza a madurar lo suficiente como para suavizar sus taninos y obtener más frutosidad. En este caso, los vinos tienen una presencia de taninos astringentes, aromas herbales dados por las pirazinas, una acidez mucho más marcada y menos alcohol.
Por otro lado, en climas cálidos la variedad madura mucho más. Esto provoca una pérdida de acidez, lo que se traduce en vinos más alcohólicos.
Marques de Casa Concha Cabernet Sauvignon 2018 proviene del sector más fresco del Valle del Maipo, por lo que representa la combinación perfecta de los dos tipos de clima. El resultado es un vino de gran concentración de sabores y taninos firmes pero sedosos, muy buena acidez y un porcentaje de alcohol del 14,6%.
Jóvenes y de guarda
Los llamados vinos “jóvenes” son aquellos vinos cuya guarda es muy breve, pues la intención es que predomine su carácter frutal por sobre otra cosa. Y la idea es que se consuman pronto, no más allá de dos años tras salir al mercado. En el caso del Cabernet Sauvignon, gracias a su carga tánica, es un vino que se guarda y envejece muy bien, aunque eso no quiere decir que todos los cabernets sean de guarda. Hay para todos los gustos y bolsillos.
En el caso de vinos con guarda como Marques de Casa Concha Etiqueta Negra, estos alcanzan su estado óptimo luego de unos cuatro años. Es entonces que ofrecen aromas complejos a cuero, tabaco y frutos negros, además de taninos sedosos, con un final mucho más balanceado que el de un vino joven.