Conversamos con el Mejor Sommelier de Chile 2024, quien obtuvo el título por segunda vez, reconfirmando así su vocación y pasión por el vino. Desde Nueva York, donde vive, en esta entrevista nos cuenta sobre su perseverancia, el desafiar los límites y las recompensas que llegan tras salir de la zona de confort.
¿Cuándo empezaste tu carrera de sommelier?
Partí en servicio como runner, ayudante de garzón, después ya mesero y luego de varios años en distintos restaurantes de Santiago, en enero de 2016 me inscribí para el primer nivel de la Escuela de Sommeliers de Chile. Un año después, cursando el tercer nivel, encontré mi primer trabajo como Sommelier en La Casa del Habano.
¿Cómo es que decidiste participar de las competencias?
Entendí rápido que las competencias podrían ser un plus en la carrera para poder destacar.
Mi primera competencia fue el año 2016 en Mejor Joven Sommelier, cuando cursaba segundo nivel de la Escuela. Salí séptimo, pero me sirvió para entender de qué se trataban estos eventos. Al año siguiente, un mes después de haberme titulado como Sommelier Profesional, me inscribí en el Concurso Mejor Sommelier de Chile 2017. Recuerdo que se inscribieron más de 30 personas, algunos con mucha más trayectoria obviamente. Por lo que cuando obtuve el quinto lugar, a nada de poder clasificar a la final, me di cuenta de que era posible y que sólo dependía de mí llegar a la final en 3 años más. Ahí fue cuando me propuse ganar la competencia. Pasaron los años y en la siguiente edición es que logré ganar el título de Mejor Sommelier de Chile 2021.
¿Cómo recibiste el triunfo Mejor Sommelier de Chile 2024? ¿Cómo te preparaste y cómo ves tu futuro tras el triunfo?
Lo recibo con gran alegría, es sin duda un premio al esfuerzo porque la suerte en este tipo de concursos no existe, y el ¨talento¨ puede que ayude, pero no sirve sin un trabajo detrás que te ayude a formar una base sólida. La preparación es fundamental. Por lo mismo, sí me había preparado empujando mis límites y saliendo de mi zona de confort, buscando instancias reales de aprendizaje para seguir avanzando y creciendo como profesional. Dos meses antes de la competencia, la revisión de teoría y cata era casi a diario para llegar lo mejor preparado al día de la competencia.
Ahora tocará representar a Chile en las competencias internacionales; Mejor Sommelier de las Americas 2025 en Estados Unidos y Mejor Sommelier del Mundo 2026 en Portugal.
¿Fue la carrera de sommerlier la que te llevó a NY? ¿Puedes contarme qué haces allá y cómo ves la imagen y presencia del vino chileno en USA?
Sí. La única forma de crecer como sommelier es trabajar en restaurantes. Hay otras áreas donde también un sommelier se puede desempeñar, pero desde mi punto de vista el corazón está en el servicio, en la sala, en el rigor del restaurante, ahí es donde nace nuestro oficio. Entendiendo esto, siempre supe que, si quería seguir avanzando como profesional y en foco al diploma de Master Sommelier, sí o sí tenía que salir de Chile.
En nuestro país, al ser un productor de vinos importante, las cartas de vinos locales (como ocurre también en Italia, Francia o España), se enfocan un 90% en productos nacionales, lo que no es malo, pero para un sommelier es una limitante. Para entender vinos, regiones, estilos, licores, destilados o gastronomía en profundidad, uno debe viajar y en lo posible trabajar en algún restaurante con una carta amplia en cuanto a estilos de vino.
Por lo mismo, el año 2020 tuve un paso por Dubai como Sommelier y desde el año 2022 estoy radicado en Nueva York, hoy en día como Head Sommelier del Restaurante Japones Kappo Masa.
¿Te consideras un embajador del vino chileno? Si es que sí, ¿de qué forma te gusta promoverlo?
Cada sommelier es un nexo entre el productor ya sea de vinos o de cualquier producto que se sirva en la mesa, y el comensal. Comunicamos un producto, una identidad, un saber hacer y un mensaje, desde su origen y proceso productivo, hasta la mesa del cliente. Bajo esa premisa, sí, desde mi humilde espacio, la sala del restaurante, sí me considero un embajador del vino chileno.
En tu día a día ¿bebes vino? ¿Cuáles?
Va a depender de qué estamos comiendo o celebrando, pero generalmente me gustan mucho los vinos ligeros de buena acidez, por ejemplo, un buen blanco de la región de Coquimbo o un País o Cinsault del Valle del Maule o Itata.
¿Podrías recomendar algunos maridajes infalibles con cepas que comúnmente se beben en Chile?
Creo que la variedad en la parrilla chilena ayuda a demostrar en cancha la versatilidad que hay en los vinos chilenos. Se prende el fuego, comienza la parrilla y empiezan a salir las longanizas, costillas o malayas de cerdo con limón, que sin duda con una copa de Semillón del valle del Maule sería un lujo. Sí, los blancos funcionan muy bien en la parrilla, solo hay que saber conjugarlos. El Semillón tiene buena amplitud en el paladar, tiene gran peso, lo que ayuda a limpiar el paladar de la textura y grasa de la malaya o longanizas, y la acidez del vino va a refrescar.
Luego un Carmenère y una Empanada de Pino, es una música total. El Carmenère da vida a vinos de un perfume único, mucha fruta, un carácter especiado, con taninos sedosos, redondos, muy bien pulidos, que ayuda a bajar la acidez de la cebolla, conjugando con el comino y pino, levantando el sabor de la empanada y abrazando el paladar en puro placer. Maridaje único.
Ya para el final, siempre dejamos las carnes cercanas a hueso o con más grasa como un Buen Lomo Vetado o un Asado de tira. Son carnes con mayor intensidad y grasitud, en donde necesitamos vinos con mayor estructura, taninos, acidez y personalidad en el paladar. Acá es donde el rey de reyes de Chile, un buen Cabernet Sauvignon del Maipo no falla.
Te invitamos a probar estos maridajes recomendados por el Mejor Sommelier de Chile 2024, Marcelo Arriagada, con dos excelentes ejemplares de Marques de Casa Concha, como lo son Marques de Casa Concha Carmenère y Marques de Casa Concha Cabernet Sauvignon.