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La diferencia entre la uva de mesa y la uva para hacer vino

Francisca JaraFrancisca Jara

Francisca Jara

Hoy se cultivan muchísimas variedades de uvas alrededor del mundo, pero a los hacedores de vino solo les interesa un puñado. Entre ellas, la vitis vinífera juega un rol esencial.

La vitis vinífera, nativa del Mediterráneo incluyendo Europa y el Medio Oriente, es la especie de vid más importante y representa nada menos que casi el 90% de las uvas cultivadas en el mundo. De ella se producen casi todas las variedades de uvas que se han utilizado por miles de años para elaborar vino. Y aunque algunas uvas de mesa también provienen de esta especie, otras provienen de, por ejemplo, la vitis Labrusca o Rotundifolia (ambas nativas de América del Norte).

La vitis (o vid) es de un arbusto trepador que puede llegar a alcanzar hasta seis metros, y dentro de ella hay unas 79 especies de vides que se utilizan para el consumo fresco de mesa y otras para uvas de vino. Por eso se habla de dos grandes grupos: la uva de mesa y la uva vinífera, donde cada variedad presenta diferentes características. Por esta misma razón las uvas de mesa no se utilizan para elaborar vino, y viceversa.

La forma es que se cultivan también es diferente: las uvas de mesa se cultivan en climas cálidos, con mucho sol y la parra se deja crecer libre, generalmente resultando en cultivos de alto rendimiento. En tanto que las parras para vino se localizan en lugares específicos, muchas veces en climas extremos y la mayoría son podadas por el hombre con el fin de obtener granos de uvas con características particulares, muchas veces con bastante menos rendimiento.

Así es como una de sus principales diferencias está en el tamaño. Las uvas de mesa presentan bayas más grandes que pueden ser redondas u ovaladas, mientras que los granos de uva para hacer vino son mucho más pequeños y redonditos.

Luego, no podemos dejar de mencionar su piel. Red Globe, Crimson, Thompson y Flame (Vitis Labrusca) son las variedades de uva de mesa más tradicionales en Chile, que se caracterizan por una piel delgada y clara, muy agradable a la hora de consumirla. Mientras que las variedades para vino, como el Cabernet Sauvignon o el Malbec, cuentan una piel mucho más gruesa, vital para entregarle taninos y colores profundos al vino, que al probarlas frescas generalmente dejan una sensación bastante astringente en la boca (que no son más que los taninos).

¿Has caminado por una viña y probado la uva directo de la parra? A diferencia de la uva de mesa, las de vino se caracterizan por un intenso y concentrado sabor, donde la acidez y el dulzor realmente sorprende. Generalmente, son menos placenteras de comer frescas, ya que también cuentan con pepitas, que son proveedoras de taninos.

Según el catastro 2022 del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile, la superficie de vides para vinificación alcanzo las 129.016 hectáreas, de las cuales un 73% corresponde a variedades tintas y un 26% a variedades blancas. La mayor superficie corresponde a Cabernet Sauvignon, con un 28% del total plantado, mientras que en variedades blancas lidera el Sauvignon Blanc (11%) y luego el Chardonnay (7,91%).

Te invitamos a que pruebes Marques de Casa Concha Cabernet Sauvignon y Marques de Casa Concha Chardonnay para disfrutar y entender un poco más de qué se tratan estas populares variedades de vitis vinífera.

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